“Gracias le doy a la virgen, gracias le doy al señor, porque entre tanto rigor, y habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor”. A. Calamaro.
El unico vicio que no he podido dejar es la pintura
En las arrugas y en los ojos esta todo. De ahí mi interés casi exclusivo por pintar rostros, caras expresivas, vividas y vivas, sencillas y profundas, contundentes, donde creo encontrar luces o sombras. Los rostros son el mas autentico reflejo del alma. Escojo caras que se atraviesan frente a mis ojos en la vida cotidiana. Cuando no se atraviesan, yo las busco, me les atravieso y las construyo con la espatula a partir de claros y oscuros, a partir de manchas, pues nunca aprendí a dibujar, así que simplemente las pinto.
Pintar es un vicio. Un buen accidente. Es un juego. Un juego de luces y de sombras. Es encontrar a quienes quiero encontrar o a quienes me encontraron. Un encuentro en todo caso, accidental o no. Pues, incluso fue la pintura quien me encontro a mi.
Si pudiera definir mi pintura, así fuera en términos primarios como lo sugiere el pintor Yves Klein, la definiría como una pintura visceral, poética y política, emocional y cotidiana y definitivamente amorosa. Para mi la pintura es una necesidad vital. Una forma de expresar lo que ocurre, de contar historias y de contar mi historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario